9.2.12

Reflexiones de un cuarto de noche.

Si algún ser que habite en la Tierra, llegara por esas causalidades del destino a éste humilde blog, creería que la que escribe es una infeliz, qué está más sola que un oasis en medio del desierto, una sinvida., patética.. Ah, perdón, se emocionaba explicando. A lo que voy, es que por eso no hago público el blog, porque sé que lo leería personas que van a mi colegio, que viven por mi barrio y que minimamente me conocen aunque sea de cruzarme, sé que al leerme, ya no me verían como antes, sino que se les vendría a la cabeza todo lo que alguna vez escribí acá y ellos leyeron. Los blogs, de verdad, cambian mucho la manera de ver a la otra persona. El blog es algo muy íntimo, es muy personal. Tal vez si me conocieran de éste lado, de ésta Constanza que no se deja conocer fácilmente, les caería mejor, pero aunque no paresca, no me interesa que conoscan ésta Constanza, ni caerles mejor, porque la otra Constanza que conocieron y no les gusta, forma también parte de mí. Un ser humano tiene muchos perfiles (y no, no hablo del facebook.), el perfil de hijo, de hermano, de amigo, de conocido, de alumno, uno no se comporta igual con todas las personas, pero no porque sea careta o tenga doble personalidad, sino que  por ejemplo, uno no jode ni hace los chistes que puede hacer con su círculo de amigos que con tu familia en una cena. Ni le hablas a un profesor cómo le hablas a tu mamá. Está bueno poder tener todos esos perfiles, sin perder la esencia, lo que es uno realmente.

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