29.2.12

Somos una llama en el invierno.

Cuando apoyo la cabeza en mi almohada, encuentro la paz que ando buscando, miro a mi alrededor, y me siento plena, feliz. Tengo la suerte de poder cerrar los ojos, pensando en un mañana, con todos mis seres queridos sanos y salvos. Me duermo agradeciendo el milagro de todos los días. El de abrir los ojos, estar viva y ser testigo, partícipe de la vida de la gente que quiero. Tener a la gente que quiero al lado mío, caminando a la par en caminos diferente, pero tenerlos, con sus altibajos, con las miles diferencias, que ellos estén bien, que termine el día y estén sanos y salvos, que no haya pasado ningun disgusto ni ninguna desgracia, viviendo en un mundo gris, con tanta maldad, tanta crueldad, tan apesadumbrado, me hace sentirme realmente feliz. No necesito NADA más de lo que tengo, me alcanza y me sobra para estar bien, ser feliz y sonreír todos los días. Gracias.
Los amo, familia, perri, amigas.
Y a ustedes, que son mi creencia, son  mi fe en su estado puro, les agradezco por estar dándome fuerzas en los momentos difíciles y compartiéndo los momentos felices. Los amo, a los tres, mucho. Eternos gracias.

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