16.4.13

Dejemos entrar el Sol.

Qué siento?. Sino escribo hace días no es porque no me pase nada, sino porque me faltan las ganas de sentarme acá y tipear todo lo que me sucede.
No hay un libro dónde te expliquen como hay que vivir la vida, ni existe una poción que nos otorge felicidad eterna, ni un lapíz mágico dónde nuestros deseos se vuelvan realidad. No hay escuela que nos enseñe a vivir. No hay lugar en el mundo dónde el dolor no llegue.
El otro día pensaba en los sueños, en la relación con lo posible e imposible. Dando vueltas, empecé a comprender que no hay imposibles, todo es posible, sí.. hasta ser reina. El problema somos nosotros, dirán ¿ser reina? imposible. No. Claramente cuesta muchísiiiiimo más que, no sé, recibirce de alguna carrera. A lo que voy y no sé si estoy siendo clara, es que.. lo que se entromete en nuestro camino son los sentimientos y no solo el miedo, la duda, sino el amor. Podés dejar todo e irte en medio de la nada dónde encontrás lo suficiente para vivir y ser feliz, pero algo te lo impide además del miedo a lo nuevo, el amor. Uno crea lazos, irse, alejarse a dónde sea representa también alejarse de alguna forma de esos lazos que a uno le hacen bien, lo empujan a seguir. No me gusta la vida en la ciudad, eso si que lo tengo claro. Tanta gente, tanto ruido me aturde. Vivo aturdida y deseo hacerme humo, pero estoy atada no sólo al sistema, sino a las personas que hacen mi vida más amena. En muchas ocasiones me imagino empezando en algún otro lugar, de cero, dónde nadie me conosca.. y después creo que todo sería igual, bah yo sería igual, porque no puedo desprenderme de mí, lo malo está y lo bueno también, tengo que aprender a convivir con esas dos partes que habitan en mí, más que habitarme me conforman.
Terminé escribiendo sobre algo que ni tenía pensado, lo demás sigue acá, guardado sin querer salir (o tal vez, soy yo la que no permite que eso salga). Temo a que me reemplazen, me sustituyan, me olviden. Por favor.. no me olviden, no me dejen.

Y digo frente al espejo "el miedo es idiota, el miedo te paraliza, no te deja actuar, te emboba. Hay que despojarnos de ese miedo que no nos deja ser, que no nos deja avanzar libres sin trabas"

Uno no puede vivir con miedo, tiene, debe llegar el momento en que uno se canse y grite con todas sus fuerzas: basta. Rebelarse es renacer y enfrentar lo que está ahí, afuera esperando por nosotros.

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