12.12.14

Me acerco dos pasos, te alejas cinco. Freno. Doy la vuelta, aparecés. Me chocás, me llevas por delante. No me ves. Te golpeo el capót, te grito, me estanco enfrente tuyo, te impido el paso. Das marcha atrás, girás, y convertis el camino de vuelta, en ida. Una ida infinita. Y yo estoy a pie sabés? mi motor no arranca, y no es que no pueda, sino que ya no quiere. No quiere gastar más en esta estúpida persecución dónde termino dónde empecé. Puedo dejar acá mi auto y emprender una larga caminata en tu busca, pero qué sentido tiene? Si al final, terminarías doblando a contramano o dando marcha atrás, obligando a correrme hacia un costado de la carretera. Con vos derrapo o me estrolo. No hay otra.  Voy sola, y vuelvo acompañada, pero no de vos.. sino de ella, no sé quién, ni porqué, muchos menos cuándo y dónde, pero alguien o alguienes alguna vez la denominaron Soledad. Te la presento, acá, a mi derecha, sentadita en el asiento del acompañante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario