21.6.16

Somos.

Juana viaja en el último asiento individual. Sí, los que van en hilera, a la derecha. Tiene la frente apoyada contra el vidrio de la ventanilla. La presión y el repiqueteo cada vez que agarra un empedrado le molesta, pero no presta atención. Está pensando en que es tarde, y que siempre le pasa lo mismo y le da bronca, se da bronca, no puede ser que no pueda cambiar. A modo de chiste suele decir que es como una enfermedad la impuntualidad, pero a veces lo llega a sospechar realmente.
El E tardó más de lo que proyectó, y el 53 siempre fue un bondi jodido, de no fiar. Y ahí de repente, de sopetón, piensa en la reacción de Geronimo cuando la escucho decir: "Sos todo incomprobable"
recuerda como se rió, se indignó y luego entendió. Había razones de sobra para tener esa idea sobre él: "Bueno sí, sí.. tenes razón..". Le hubiera gustado que no, que no lo aceptara, que se lo refutara, que intentara por lo menos hacerla cambiar de idea, pero no, nada. Que él lo aceptara, asi tan livianamente no le servía para nada. Tampoco hubiera sido util que lo negara. Y aunque le de vueltas y vueltas, sabe que no existe respuesta que la deje conforme..

Porque con Geronimo no existen los "a gustos", siempre queda un sabor amargo, a veces más agridulce, otras tantas más dulzonas, pero viste ese dulce efímero, de mentiritas, como el mate cuando recién lo armás, que le pones aguita, azuquita, lo cebás dos o tres veces y ya está, amargo otra vez, pero en realidad nunca estuvo dulce, un buen mate dulce, perdura. Puro engaño el mate a veces, si nos ha engañado el agua en aquella pava! 
Pero acá, no hay mate engañoso, ni pava chillando al cuete, acá las reglas del juego fueron aclaradas antes de tirar los dados, y tiré. Medio de inconsciente y otro medio de valiente. Combinación peligrosa si las hay, las hay. O capaz ni de valiente, sino de masoquista o tal vez de soñadora, de ir busca siempre del imposible, por que no, porque no se me da la gana creer en imposibles. Porque sí, porque si tengo que ir por la vida con la frente morada de tanto golpe, así será, pero a mí los "qué hubiera pasado.." no, no me van, no me caben, no nos llevamos bien. Prefiero no dormir lamentandome del error, que le eterna suposición de algo que jamás podre tener posibilidad de saber. No me gusta lo que no puedo manejar. A Geronimo no lo manejo, no del todo, y está bien, es divertido, es atrapante. Él es atrapante. Y atrapante sus besos. Sus caricias. Su tira y afloje constante. Así es nuestra relación, sin proyecciones, sin mañanas, sólo el ahora y la imperiosa necesidad de devorarnos a besos, centimetro a centimetro, recorrernos de una punta a la otra, son placer, con pasión, con total devoción. Perdernos en el arte de nuestros cuerpos, sin percatarnos del acelero de nuestras palpitaciones. Entregandonos al otrx, sin miedos, sin tapujos, de lleno.
Por eso sigo, porque después de tanta queja, hay algo en ese juego perverso, de amarnos de a cuartos de hora que me seduce, que me motiva, que me encanta. Te quiero, pero como jamás quise a nadie, porque me abriste un mundo nuevo.. con romanticismo de turno, habitando diferentes roles, con intensidad, con distancia, con corazón. No te amo, no me amás, no proyectamos una vida juntxs.. somos lo que sentimos cuando estamos en frente del otro, besandonos, acariciandonos.
Somos lo que se traduce de nuestras respiraciones, somos el calor que se desprende de nuestros cuerpos, somos la intensidad de nuestras miradas cruzadas, somos nuestra transpiración, somos la fotografía de nuestras ropas en el suelo.
Somos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario