4.2.14

Renacer, una y otra vez

Hay dias en los que no encuentro refugio en ningún sitio ni en ningún ser. Hay días en que me siento a la deriva, perdida, sin lugar de pertenencia. Siento una angustia que va indaviendome de a poco, en pequeños pasos y quiero correr para que no llegue a mí, pero me atrapa igual. Y nada me llena y me dificulta ver la luz. Pierdo el eje de mis pasos y no sé dónde está el norte, mi norte.
 No tengo idea la razón  de este sentimiento que suele sorprenderme con la guardia baja. Me hundo en recuerdos, en fotografias viejas,  en antiguos sentimientos que plasmé alguna vez en palabras, en libros que me presentan mundos y realidades diferentes, en la música que intenta acariciarme.. me hundo en el pasado, me hundo en vos.
Después.. sin previo aviso, todo se calma. El sol vuelve a salir y vuelvo a brillar.
Y ya no me siento sola ni estoy tan perdida porque soy capaz de reconocer a personas a mi lado que caminan conmigo y que me sostienen fuerte de la mano para que no caiga, aunque en ciertas ocasiones esté tan sumergida en mí que sea incapaz de comprenderlo.
Mi Sol lo conforman mis seres queridos, mis luces en medio de la oscuridad.

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